AÑOS 2000
A lo largo de las décadas poperas hemos ido señalando cómo la industria ha ido, progresivamente, adueñándose del panorama musical más evidente y masivo.
Una de las consecuencias es el poco interés que, en general, presentan las listas de éxitos e incluso las de ventas. El poder de difusión y persuasión es tan notable que anula grandes áreas de decisión personal, impone, hasta donde puede, el encefalograma plano y promueve sin ningún pudor productos de usar y tirar.
Una de las consecuencias es el poco interés que, en general, presentan las listas de éxitos e incluso las de ventas. El poder de difusión y persuasión es tan notable que anula grandes áreas de decisión personal, impone, hasta donde puede, el encefalograma plano y promueve sin ningún pudor productos de usar y tirar.
La incorporación del mercado pre-adolescente, los macroconciertos y, especialmente, los medios de difusión como radio fórmulas y emisoras televisivas dedicadas, combinadas con los usos muy orientados de las tecnologías móviles, arrasan con muy poca oposición.
Pero, afortunadamente, también existe la otra y más poderosa de lo que cabría temer, cara de la moneda.
Siguen apareciendo buenas músicas y buenos intérpretes, abundan las buenas canciones, si bien emboscadas en la selva de la mediocridad imperante. Y los medios tecnológicos permiten la creación y difusión con bajo coste económico de músicas que, de otra manera, nunca hubieran podido salir del ámbito personal del músico.
Nuestro seguimiento aquí de las listas es, por lo tanto, más bien de tipo estrictamente cronológico y de muestra de lo que triunfa, más que de indicar nuestras preferencias acerca de la música que se produce, lo cual se intenta recoger en la página dedicada a las 200+
No obstante, en la lista que se incluye a continuación, podemos ver algunas canciones que se escapan a la regla general de la mediocridad.
Y, por supuesto, todo lo mencionado no quiere decir que los productos industriales no estén bien manufacturados y convenientemente presentados, más bien al contrario!
Pero, ojo, el que la escena musical defendida por la industria sea de calidades ínfimas, con todas las excepciones que queramos realizar, no quiere decir, como hemos mencionado, que no se hagan buenas músicas. Simplemente obliga a buscarlas un poco más.
Gran importancia tienen en estos momentos los resultados ya mencionados de la evolución tecnológica. Ya hemos señalado la relativamente fácil elaboración y difusión de las producciones de los músicos al margen, más o menos, de la industria predominante. Además, debemos dar la importancia que tienen a elementos tales como los clips musicales, las plataformas como youtube y a las formas de escuchar música como spotify y el resto de avances que se van produciendo. Incluso fórmulas radiofónicas concretas, revistas especializadas,… permiten encontrar y seguir buenas músicas que, pese a los apocalípticos y a los del cualquier tiempo pasado fue mejor, se siguen produciendo.
En realidad, el que no escuche buena música será por que no quiere! A ello pues!